miércoles, 1 de agosto de 2012

CONSEJOS BIZANTINOS DE MONSIEUR SARALEGUI 1


INSTRUCCIONES PARA PEDIR LA MANO DE LA NOVIA



El principal punto para lograr este objetivo es tener una novia y a su vez, que esta novia tenga un padre y no otra cosa. Dedicaremos primero unas breves palabras a la figura de la madre ya que –como está comprobado- esta figura es totalmente negativa.



Tomando en cuenta a la mencionada señora, la prioridad será mantenerla alejada de toda posibilidad de interferencia en tu diálogo con el padre. Tendrás que convencer a tu novia de que la lleve a un lugar apartado del sitio de reunión y la mantenga entretenida. Puedes hacer que la encierre en el baño, pero esto dependerá de tu capacidad de convicción. Otra posibilidad de distracción es dando un dinero a tu cuñado, es decir, comprando la voluntad del hermanito menor.



Ni por asomo se te ocurra llevar ocultas entre tus ropas alimañas del tipo de ratas o lagartijas para soltar en la casa, porque si bien esto, sin duda, atrapará la atención de tu suegra, también pondrá los nervios de punta de tu suegro, a quien necesitas relajado y cordial.



Lo primero es tu apariencia. Si tienes el cabello largo, escóndelo tirante y bien atado, bajo el cuello de la camisa y no te muevas mucho, por las dudas. Si tienes barba, arráncala por esta vez. Si llevas bigote, recórtalo prolijamente y quítate esos pelinchos que se te meten entre los dientes, pues darás una imagen repugnante. Si sufres de incontinencia, ve al encuentro en ayunas y no aceptes nada, no sólo notarán tu modestia (aunque sea falsa) sino que además evitarás un posible envenenamiento de la señora mayor, antes mencionada. Báñate aunque te produzca asco y especialmente asea bien tus patas, porque aunque no lo notes, ese olor se siente de la otra cuadra. Recuerda que es imposible que no transpires como un orangután en celo, aunque sea un tórrido invierno, pues estas situaciones son las mas espantosas que podrás tener en toda tu miserable vida. Vístete, no lo olvides.



Antes del encuentro sácale a tu novia todos los datos posibles de su padre. Si es necesario, embriágala para sonsacarle las miserias mas ocultas de la familia. Ve preparado, para una batalla es imprescindible conocer el territorio del enemigo. En la presentación que tu novia hará, muéstrate respetuoso y seguro. No masques chicle como un idiota y si tienes tendencia al tartamudeo, ponte en la boca un pequeño guijarro como hacía un griego en la antigua antigüedad. Eso si, no lo muerdas. (no muerdas al guijarro, no al griego, imbécil)



Una vez ubicados en el sitio de conversación, no hables primero, espera. El feroz inquisidor tendrá una batería de preguntas para arrinconarte. Piensa que esas preguntas siempre son las mismas desde hace siglos. Lo único que persigue el sujeto es quedarse conforme con su propia conciencia, no le importa ni la hija, ni su horrenda esposa, y menos tu, lo único que quiere es pensar que no le entregó su retoño a un pobre desgraciado como él.



Contesta breve y conciso, no alargues las respuestas, no te pierdas en un maremágnum de explicaciones porque seguro caerás en alguna falta que él notará y con tus mismas palabras te llevará a tu propio funeral amoroso. Tu sólo debes responder interrogantes que atañen a la cuestión propiamente dicha. No te dejes enroscar por asuntos subjetivos como la política o el fóbal. Jamás muestres tus debilidades psicológicas, que son infinitas, habla solamente de cosas concretas.



Te preguntará: ¿Estudia? ¿Qué estudia? ¿Y eso para qué sirve? También, por supuesto: ¿Trabaja? ¿De qué trabaja? ¿Cuánto gana? ¿Y eso para qué sirve? Y el momento preferido de todo perverso: ¿Qué intenciones tiene con mi hija?

No seas estúpido, no respondas la verdad. Es aquí donde debes usar tus mañas y hablar como lo haría él. Imítalo sin que lo note. Siempre contestarás lo que él quiere oír, nunca lo que tu piensas.



En la parte final, si obtienes una respuesta favorable, te sentirás aliviado, pero con los años te recordarás a ti mismo como el mas ganso de los mortales. El hombre se pondrá de pie y mirándote con los ojos humedecidos, te abrazará como a un hijo. La vieja insoportable saltará desde adentro de un mueble sollozando y llenando de mocos a tu novia. El fastidioso pequeño, tu cuñado, no dejará de gritar: cuando comemos! Mientras tu novia y tu, se mirarán como desde otro mundo, intuyendo ya una sin salida, algo asi como una derrota previa, como un futuro por demás horrendo.



Pero si resultas rechazado, hoy no lo verás como una victoria, aunque definitivamente, lo sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario