miércoles, 1 de agosto de 2012

CONSEJOS BIZANTINOS DE MONSIEUR SARALEGUI 3


INSTRUCCIONES PARA TENER ÉXITO EN UN BAILE



Cuando concurres a una fiesta o salón de baile o simple pachanga debes estar completamente convencido de que tú eres el indicado para bailar con cualquier chica de allí. Para esto antes debes prepararte bien. Tras unas abdominales (digamos, 300) el aseo es primordial. Nunca vayas a un baile sin lavarte los sobacos (es la parte mas cercana a la nariz de la posible presa)



Una vez allí debes elegir a la mujer con la cual bailaras y demostraras todas tus habilidades. Cuando estés listo debes estar con un par de tragos encima para sentirte libre (un par de tragos, no es botella)



Como primer movimiento, tienes que examinar el comportamiento de la mujer, y así te darás cuenta de su disposición de ánimo. Si no te ha visto, párate delante suyo, disimuladamente. Si corre la vista, vuelve a ponerte delante. Si al cabo de 2 horas de cambios de posición, no te ha mirado, no la saques a bailar. Luego está aquella que te mira como si fueras una lonja de fiambre, es decir frunciendo el ceño. Tampoco la saques. Aquella otra que al verte congela la sonrisa y pone los ojos en posición de huevo frito. Menos, a esa no. Pero si una muchacha te mira de reojo y no es bizca, préstale atención a las mejillas. Si se ruboriza al verte de soslayo, tienes compañera de baile.



Elige el tema que bailarás. Si no eres un bailarín experto debes seleccionar bien la pieza para no caer en el ridículo. El pericón no es aconsejable, pues se baila separados los cuerpos. Si llega el rock, tampoco. No quieres parecer espástico. El tango es demasiado complicado y de mirarte los pies, olvidarás el motivo por el cual estás allí. La ranchera es lo ideal. La tienes contra tu pecho, siempre es el mismo paso y puedes iniciar una conversación



Es fundamental el comportamiento durante la danza. Debes ser elegante, amistoso (pero no cargoso), debes hablarle suavemente,. (no sudes – no le grites – no la pises – esconde tus pasiones mas bajas)



Si llegas con ella a la sección de música romántica, estás a un paso de conseguir tu cometido. aquí es esencial la conversación. Si tu vida tiene el atractivo de la vida de una almeja, inventa algo mas entretenido, como un viaje a Capilla del Monte, el ascenso al cerro Uritorco, tu encuentro con los extraterrestres y el viaje en la nave espacial alrededor del mundo. No le muestres que eres un tipo aburrido sino lo todo contrario. 



Cuando te parezca que ella confía en ti, intenta llevarla a un apartado del boliche, (los pinos de atrás, por ejemplo) pero no seas directo, puede rechazarte. La inventiva es la mejor arma. Comienza una conversación profunda: ¿Te gusta la psicología? Si te responde que si, le dices lo siguiente: Voy a hacerte un mini-test psicológico que te va a alucinar y lo podrás aplicar luego con tus amigas.



Una vez en los pinos de atrás, hazle creer que harás el mini-test pero inmediatamente comienza a hablarle de ella. No hables de ti. Tampoco le hables de su cuerpo (tienes unos pechos descomunales...) sino de su ser interior, le dices por ejemplo: He notado en ti que tienes un alma muy bella, o, al hablar contigo, tengo la certeza de que tu espíritu es todo luminosidad (mirando el escote)


Amigo mío, si con estas técnicas del abordaje no consigues una muchacha, consíguete un manual y dedícate a la electrónica.

CONSEJOS BIZANTINOS DE MONSIEUR SARALEGUI 2


INSTRUCCIONES PARA LEVANTARSE UNA MINA EN EL COLECTIVO



Para conquistar una señorita en el colectivo es importante que haya un colectivo.



Hay dos opciones: una es hacerlo en la parada y la otra en viaje.



Si es la primera , busca una parada de colectivo que no te aleje demasiado de donde vives, pues si fracasas tendrás donde recluirte.



Si llegas primero a la parada, debes cederle tu lugar, cosa que además de bien vista te permitirá observar qué asiento elige, ya sea para sentarte a su lado o en un lugar estratégico para observarla.

Si ella sube después, quedarás como un infeliz cambiando el asiento.



Retornando a la primera opción, haciéndote el indiferente debes comenzar una conversación interesante, tipo: cómo tarda este bondi! Poniendo ejemplos de tus experiencias mas recordadas, como aquella en la que el colectivo tardaba tanto que fuiste avanzando a pie, parada por parada, hasta llegar a tu destino tras caminar 34 kilómetros. Luego, ya en confianza, indaga sobre sus gustos y preferencias en líneas de transporte público. Hazle notar que eres un profundo conocedor y detalla para esto, las ventajas del 81 sobre el 24, los recorridos completos de cada una de las líneas existentes y el tipo de colectiveros que hay en ellas.



Si la descubres dentro del colectivo, debes tratar de acercarte a ella disimuladamente. Si está sentada, te pararás junto a su asiento y te harás notar con leves y seductores movimientos. Si está parada, ponte junto a ella pero sin tocarla y sin brincar, también haz que note tu presencia.



Puede ocurrir que descubras a esa muchacha de tu vida viajando y viendo que ella siempre sube a la misma hora y en la misma parada, todos los días. Durante una semana estudia bien sus movimientos y cuando estés seguro que ella te ha notado, elige un día, baja del colectivo una parada antes y camina hasta donde ella espera siempre. Allí comienzas con los primeros consejos que te he dado.

Nunca olvides el paquete de pastillas para convidarla, es un gesto galante que ellas jamás olvidan, pero no seas bruto, no lleves esas picantes sino las frutadas.



Recuerda que en los colectivos han nacido los romances mas célebres. Tu puedes iniciar uno de ellos. Depende de ti.

CONSEJOS BIZANTINOS DE MONSIEUR SARALEGUI 1


INSTRUCCIONES PARA PEDIR LA MANO DE LA NOVIA



El principal punto para lograr este objetivo es tener una novia y a su vez, que esta novia tenga un padre y no otra cosa. Dedicaremos primero unas breves palabras a la figura de la madre ya que –como está comprobado- esta figura es totalmente negativa.



Tomando en cuenta a la mencionada señora, la prioridad será mantenerla alejada de toda posibilidad de interferencia en tu diálogo con el padre. Tendrás que convencer a tu novia de que la lleve a un lugar apartado del sitio de reunión y la mantenga entretenida. Puedes hacer que la encierre en el baño, pero esto dependerá de tu capacidad de convicción. Otra posibilidad de distracción es dando un dinero a tu cuñado, es decir, comprando la voluntad del hermanito menor.



Ni por asomo se te ocurra llevar ocultas entre tus ropas alimañas del tipo de ratas o lagartijas para soltar en la casa, porque si bien esto, sin duda, atrapará la atención de tu suegra, también pondrá los nervios de punta de tu suegro, a quien necesitas relajado y cordial.



Lo primero es tu apariencia. Si tienes el cabello largo, escóndelo tirante y bien atado, bajo el cuello de la camisa y no te muevas mucho, por las dudas. Si tienes barba, arráncala por esta vez. Si llevas bigote, recórtalo prolijamente y quítate esos pelinchos que se te meten entre los dientes, pues darás una imagen repugnante. Si sufres de incontinencia, ve al encuentro en ayunas y no aceptes nada, no sólo notarán tu modestia (aunque sea falsa) sino que además evitarás un posible envenenamiento de la señora mayor, antes mencionada. Báñate aunque te produzca asco y especialmente asea bien tus patas, porque aunque no lo notes, ese olor se siente de la otra cuadra. Recuerda que es imposible que no transpires como un orangután en celo, aunque sea un tórrido invierno, pues estas situaciones son las mas espantosas que podrás tener en toda tu miserable vida. Vístete, no lo olvides.



Antes del encuentro sácale a tu novia todos los datos posibles de su padre. Si es necesario, embriágala para sonsacarle las miserias mas ocultas de la familia. Ve preparado, para una batalla es imprescindible conocer el territorio del enemigo. En la presentación que tu novia hará, muéstrate respetuoso y seguro. No masques chicle como un idiota y si tienes tendencia al tartamudeo, ponte en la boca un pequeño guijarro como hacía un griego en la antigua antigüedad. Eso si, no lo muerdas. (no muerdas al guijarro, no al griego, imbécil)



Una vez ubicados en el sitio de conversación, no hables primero, espera. El feroz inquisidor tendrá una batería de preguntas para arrinconarte. Piensa que esas preguntas siempre son las mismas desde hace siglos. Lo único que persigue el sujeto es quedarse conforme con su propia conciencia, no le importa ni la hija, ni su horrenda esposa, y menos tu, lo único que quiere es pensar que no le entregó su retoño a un pobre desgraciado como él.



Contesta breve y conciso, no alargues las respuestas, no te pierdas en un maremágnum de explicaciones porque seguro caerás en alguna falta que él notará y con tus mismas palabras te llevará a tu propio funeral amoroso. Tu sólo debes responder interrogantes que atañen a la cuestión propiamente dicha. No te dejes enroscar por asuntos subjetivos como la política o el fóbal. Jamás muestres tus debilidades psicológicas, que son infinitas, habla solamente de cosas concretas.



Te preguntará: ¿Estudia? ¿Qué estudia? ¿Y eso para qué sirve? También, por supuesto: ¿Trabaja? ¿De qué trabaja? ¿Cuánto gana? ¿Y eso para qué sirve? Y el momento preferido de todo perverso: ¿Qué intenciones tiene con mi hija?

No seas estúpido, no respondas la verdad. Es aquí donde debes usar tus mañas y hablar como lo haría él. Imítalo sin que lo note. Siempre contestarás lo que él quiere oír, nunca lo que tu piensas.



En la parte final, si obtienes una respuesta favorable, te sentirás aliviado, pero con los años te recordarás a ti mismo como el mas ganso de los mortales. El hombre se pondrá de pie y mirándote con los ojos humedecidos, te abrazará como a un hijo. La vieja insoportable saltará desde adentro de un mueble sollozando y llenando de mocos a tu novia. El fastidioso pequeño, tu cuñado, no dejará de gritar: cuando comemos! Mientras tu novia y tu, se mirarán como desde otro mundo, intuyendo ya una sin salida, algo asi como una derrota previa, como un futuro por demás horrendo.



Pero si resultas rechazado, hoy no lo verás como una victoria, aunque definitivamente, lo sea.

CRÓNICAS DE MONSIEUR SARALEGUI: Chau canario


Si, soy yo. ¿Me recuerdas? Mi nombre es Twity. Fui una estrella de la Warner, pero he caído en el olvido. Estoy viejo, abandonado a mi suerte. Soy un pobre infeliz. Me he convertido en un despojo, un harapo despreciado por todos. ¿Preguntas por el gato Silvestre? Pobre! Su suerte no fue mejor que la mía. En una cinta intentó atraparme desde una cornisa y cayó al vacío, despanzurrado, reventado contra el pavimento. ¿Y la abuelita, te preguntas? Ella murió tras una larga y dolorosa enfermedad, agravada por la demencia senil. Un día me confundió con sus tapones para los oídos y me pasé toda la noche resbalando en la cera de su enorme oreja. Aquí me ves. Soy yo. El viejo Twity. Reventado. Aplastado por la vida lujuriosa de burdeles entre mujeres canarias, champaña y marijuana. Fui un joven exitoso. Hoy no soy nada mas que un trasto  nauseabundo. Adiós amiga. Adiós amigo. Ojalá tengas mejor suerte que yo. Me despido desde este  triste rincón de un geriátrico en sombras.



(Monsieur Saralegui para Revista Cultural “Pindonga y Recuerdos”)