domingo, 15 de julio de 2012

CRÓNICAS de Monsieur SARALEGUI: El casorio

  
Durante la semana pasada, en el mas absoluto secreto, finalmente, Jean Vecchi Le Peduche, contrajo nupcias con la Pelusa. Como el casorio fue por imposición de la familia de la desposada, nuestro querido amigo tuvo que pedir, de apuro, un traje prestado. Claro, esto se notó. La breve y sentida ceremonia se llevó a cabo en la Basílica de Nuestra Señora del Bravo Suspiro, ante la algarabía de Los Desarrapados de la Ochava, que en cada amén, gritaban ¡Bravo! y daban furiosas pataditas en el suelo. No faltaron ni el viejo TORREJONA, cargando sus pesadas y célebres almorranas, ni los de la Comisión Directiva del Club La Pereza, que no hicieron otra cosa que dormir en los bancos del fondo. La música ambiental estuvo a cargo del loco Manos Crueles, pero como no sabe tocar el órgano, se limitó a acompañar con sus maracas, el tambor de pie y esa cosa que se pone en la boca y larga un ruido atroz. Tampoco faltaron las Murmuradoras del Recoveco, organizadas como siempre, en pequeños grupos repartidos por todo el templo. No se puede dejar de destacar, la presencia de Doña Catalina la costurera, autora del muy comentado vestido de la novia, que según algunos parecía la linterna de Lucifer. Al finalizar, el matrimonio corrió por el atrio en círculos, para evitar la lluvia de manices que, a falta de arroces, había llevado BENAVIDES, el quiosquero,
Como era de esperar, la familia del novio, no fue.   

(Para la Revista Cultural "Pindonga y Recuerdos")    

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