martes, 6 de noviembre de 2012

LA BALADA DE LOS 3 HIPOPÓTAMOS

Un hipopótamo entró en la bañera.
No pudo salir. Espera y espera.

Doña hipopótama se metió igual.
Bañera, por suerte, de puro metal.

Hipopotamito buscó acomodarse.
Se cayó hasta el fondo. No pudo pararse.

Los hipopótamos viven en la tina,
Comen las esponjas, beben lavandina.

.¿Otro hipopótamo podría caber?
No lo sabemos. Tendrá que nacer.

¿Doña hipopótama está embarazada?
Eso es imposible, pues está atorada.

¿Cuántos hipopótamos caben en la tina?
Sólo caben tres y están en la ruina.

¿Cuántos hipopótamos caben en un bote?
Tantos como el coso se mantenga a flote.

¿Cuántos hipopótamos caben en un árbol?
Sólo los que vuelan, el resto está a salvo.

¿Cuántos hipopótamos tiene en ese baño?
No insista, le dije, son tres todo el año.

¡Pero como viven es toda una hazaña!
No crea, llegaron desde Hipopotamia.



Monsieur SARALEGUI
para sección literaria de Revista Cultural “Pindonga y Recuerdos”




 

VILLANCICO HEREJE

Eran cuatro los reyes de oriente

Cuatro sueños de andar peregrino
Eran cuatro los reyes de oriente
Pero uno quedó en el camino,

Melchor viaja de Europa con oro.
Con incienso, Gaspar desde Asia.
Baltasar con preciado tesoro
africano de mirra y de gracia.

Pero uno cambió su destino.
se quedó sin camello Bartolo,
pues al noble animal, su intestino
le explotó por la causa de un bolo.

Con obsequios de muy grande peso
de las islas venía llegando,
al camello lo alimentó a queso,
tanta cosa lo fue taponando.

Preso estuvo de gran desconcierto
el rey mago llamado Bartolo.
Abrió carpa en mitad del desierto,
tocó flautas de un agujero solo.

No importó quedar fuera en la historia,

dio placer a viajeros y sabios.
Aunque piensen que de él no hay memoria,
en la gloria quedaron sus labios.

Labios gruesos Bartolo tenía,
el rey mago de los sarracenos.
¡Qué gran pena! Así se decía,
¡Que Bartolo no tuviera senos!


Monsieur SARALEGUI
para sección literaria de Revista Cultural “Pindonga y Recuerdos”



sábado, 3 de noviembre de 2012

SUCESOS AMOROSOS - REVISTA CULTURAL "PINDONGA Y RECUERDOS"

Jean Vecchi Le Peduche, tras su fallido matrimonio (un fracaso rotundo, hay que decirlo) con la Pelusa, fue en busca de Cenofia Puchiarelli, mas conocida como la  flaca Lamparita. Tras una insistente sucesión de exordios, una infinita voluntad y una insoportable persecución, siempre por parte del enamorado, la rara muchacha accedió a tomar un helado en lo del sordo Sonsano, la única gelatería del barrio Las Tripas.
Como es costumbre en el barrio, mientras ella pedía uno de chocolate suizo, el sordo le servía uno de Sambayón, al igual que mientras el Romeo pedía uno de limón y crema rusa, el empresario heladero, le entregaba, con si habitual sonrisa de nada, uno de dulce de leche.
Las discusiones y peleas de cada cliente con el comerciante, como es ya tradición de muchos años en Las Tripas, cesaron cuando los cucuruchos empezaron a chorrear a lo loco.
Esta situación provocó un malestar mayor aún en la pretendida. Era evidente que ella no quería saber nada con el susodicho y que aceptó este encuentro por la insistencia antes mencionada. Este momento de tensión, sumado a que la flaca Lamparita odia los helados, dio por finalizada cualquier posibilidad de relación entre ambos sujetos.
Fuentes no autorizadas confirman que las mujeres de Las Tripas, no piensan ni asomarse a la vereda hasta que Jean Vecchi Le Peduche consiga novia.